21/4/12

CÉSAR MONTAÑA

"Homenaje a la conquista del espacio"
El pasado mièrcoles,Paula,guía del Museo de BBAA de Asturias,nos explicó mitologìa a travès de varios cuadros.
Aquí solo pongo las notas de la escultura "Homenaje a la conquista del espacio" de Cèsar Montaña.Los demàs cuadros ya figuran en una entrada del blog,fecha 22/11/2011.
Esta escultura de 1973,recuerda a Ìcaro abriendo las alas.
Figura antropomòrfica con fuerza expresiva y juego de claroscuros.
Mito de Dèdalo e Ìcaro:
En la isla de Creta existió hace muchos años un rey llamado Minos, este rey poseía grandes riquezas y algo que nadie tenía: un hijo de fuerza extraordinaria, con cabeza de toro al cual lo llamó Minotauro.

Minos pensó ponerlo en lugar seguro, de donde no pudiera escapar, así que le encargo a Dédalo, un gran arquitecto, que construyera un enorme y complicado laberinto.
La leyenda de Dédalo e ÍcaroDédalo aceptó y junto con su hijo Ícaro, emprendió la gran obra. Cinco años después terminaron el laberinto, éste era tan grande que solo ellos sabían el camino correcto.

El rey Minos quedó satisfecho, pero tuvo miedo de que Dédalo e Ícaro revelaran el secreto del laberinto asi que el rey les negó el permiso para abandonar la isla de Creta.
La leyenda de Dédalo e ÍcaroDédalo se dio cuenta que escapar de la isla sería imposible por el mar, ya que el rey Minos ordenó a todos los soldados de su ejercito a vigilar las playas de día y de noche.

Pero Dédalo era un hombre muy ingenioso e ideó un maravilloso plan, consistía en escapar volando como las aves.
La leyenda de Dédalo e ÍcaroDédalo e Ícaro se dedicaron a reunir muchas plumas de las aves que sobrevolaban la isla y juntándolas todas las unieron con cera de abeja.

Sin que nadie los viera, pegaron las plumas y construyeron dos pares de alas. Cuando estuvieron listas, Dédalo pegó un par de alas en la espalda de Ícaro y otro par en su propia espalda.
La leyenda de Dédalo e ÍcaroY Dédalo dijo a Ícaro: “¡Volemos fuera de la isla! Pero debemos de tener cuidado de o volar demasiado alto, pues el sol quemaría nuestras alas”.

Dédalo e Ícaro iniciaron el vuelo, a Ícaro le pareció tan hermoso de volar como los pájaros, que olvidó las advertencias de su padre. Voló, voló y voló más alto cada vez que el no escuchaba los gritos desesperados de su padre.

El calor de sol empezó a derretir la cera de las alas de Ícaro entonces empezó el drama, las plumas comenzaron a desprenderse, hasta que las alas no soportaron más el peso de Ícaro y cayó ante la mirada atónita de su padre.

Según la leyenda que las plumas quedaron flotando sobre el mar y tiempo después se formaron las islas Ícaras, llamadas así en recuerdo del joven que intentó volar al sol.

Crìtica a la inexperiencia de la juventud.

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