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Edificio de recepción a la Campa TorresLa Campa Torres es una extensión de terreno que se encuentra en el cabo de Torres, península que se recuesta sobre el mar Cantábrico, al norte de España. Domina el puerto de El Musel y se ubica al oeste de la ciudad de Gijón (Asturias) a unos siete kilómetros de distancia.
Se trata de un enclave que desde tiempos antiguos fue habitado por diferentes tribus así como por los romanos como atestiguan los restos y yacimientos arqueológicos que jalonan la zona del cabo de Torres así como el cercano monte Areo. Por todo esto podemos destacar los siguientes yacimientos arqueológicos como son las instalaciones del Parque Arqueológico-Natural de la Campa Torres y contemplar los restos del yacimiento arqueológico del oppidum Noega, un primitivo castro donde vivián los cilúrnigos.
Desde otro punto de vista el cabo Torres que conforma la campa posee una riqueza biológica y geológica de gran importancia, con la existencia de un sustrato vegetal característico.
La fauna del cabo no desmerece a la vegetación siendo un enclave de alta importancia para la observación de aves marinas.
Campa Torres
El Parque Arqueológico y Natural de la Campa Torres, ocupa una superficie de 50.000 metros cuadrados en la que se encuentran los restos de un poblado de época prerromana que fue posteriormente romanizado.
El castro de la Campa Torres se ubica, a unos 100 m. sobre el nivel del mar, en la península formada por el cabo Torres y situada en el extremo occidental del concejo de Gijón, entre el puerto de El Musel al este y la ría de Aboño al oeste. Desde aquí se obtiene una extensa visión de la costa.
Se conoce poco de la procedencia de los primeros inquilinos de la Campa, pertenecientes a un pueblo ganadero y metalúrgico (bronce). Un grupo de ellos se estableció en la península de Torres entre los ss. VI-V a. de C. y la fortificó con un complicado sistema defensivo, donde sobresale un foso en forma de "V" de hasta 14 m de anchura en algunos puntos, el cual fue dotado de un terraplén recubierto de piedra y con escalones para alcanzar el parapeto superior. A unos 50 m se elevó la línea defensiva principal: una muralla formada por tramos yuxtapuestos de 7 m de anchura. En el interior se concentraban las viviendas, de planta redondeada e interior sin dividir.
La economía prerromana de este castro descansaba sobre una copiosa y variada cabaña ganadera (vacas, cabras, ovejas y cerdos) y una metalurgia para la obtención de pequeños lingotes de cobre en base a este material y al estaño del occidente; el comercio hizo posible la llegada de productos de origen mediterráneo o meridional. La agricultura se limitaba a la producción de algunos cereales, mientras que la caza (ciervos, corzos o cabras silvestres) y la pesca con caña eran actividades complementarias.
Respecto al poblado prerromano cabe concluir, tras rigurosos estudios, que "en la Campa Torres se encontraba el denominado oppidum o castro de Noega, citado por Estrabón, Pomponio Mela y Plinio. Entendemos como tal a la ciudad o núcleo fortificado prerromano más importante de la costa de los astures, situada en una península sobre la que más tarde, en el s. I. d. de Cristo, se alzará un monumento dedicado a Augusto, del que habría formado parte originariamente la lápida del cabo Torres.
Este castro correspondería a una de las gens o comunidades organizativas suprafamiliares de los astures, en concreto a la de los cilúrnigos, tal y como se deduce de la lápida descubierta en las excavaciones de la muralla de Cimadevilla (Gijón)"
Cabe mencionar, de época astur, el foso, llamado en los alrededores La Canal de los Moros; el contrafoso; la muralla, sin argamasa, paralela a lo largo de todo el istmo de la península de Torres; un patio con una espléndida escalera pétrea para el acceso a lo alto de la gran defensa, o el paseo de ronda.
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